
Luxación mandibular
La luxación mandibular espontánea aparece en pacientes con antecedentes de tales luxaciones. Aunque en ocasiones la luxación mandibular puede deberse a un traumatismo, el episodio inicial es típicamente una apertura amplia de la boca seguida de una presión para morder (p. ej., morder un emparedado grande con pan duro), un bostezo amplio, o un procedimiento odontológico. Las personas propensas a la luxación pueden tener ligamentos temporomandibulares laxos.
Los pacientes son traídos a la consulta con la boca muy abierta y sin poder cerrarla. El dolor comienza cada vez que el paciente intenta cerrarla. Si la línea media mandibular está desviada hacia un lado, la luxación es unilateral. Aunque rara vez se usa, un anestésico local (p. ej., lidocaína al 2%, 2 a 5 mL) inyectado en la articulación homolateral y en el área adyacente a la inserción del músculo pterigoideo lateral puede permitir la reducción espontánea de la mandíbula.
Reducción mandibular.
La cabeza del paciente se estabiliza. El operador coloca los dedos pulgares en la línea oblicua externa de la mandíbula (lateral al área del tercer molar) o, después de envolver los pulgares en gasas, sobre la superficie oclusal de los molares inferiores. Los otros dedos se curvan debajo de la mandíbula. Se le pide al paciente que abra ampliamente la boca, como si estuviese bostezando, y el operador aplica fuerza hacia abajo sobre los molares y a la vez aplica fuerza hacia arriba sobre el mentón, hasta que la mandíbula se reduzca.
Fuente: Michael N. Wajdowicz, DDS, USAF